Las aventuras de una caja de cartón, de Temujin Doran, es un cortometraje a través del cual se hace un homenaje a la imaginación infantil.
Cuenta la historia de un niño que se hace amigo de una caja de cartón. Y sirve para reflexionar sobre cómo una caja de cartón puede dar lugar a múltiples juegos, sólo hay que dejar volar nuestra imaginación como fuente de innovación y creatividad, elementos imprescindibles para aprender a pensar.
El juego en los niños y ¡adultos! es una poderosísima herramienta para favorecer la creatividad.
También es una metáfora de la sencillez, de la felicidad en las pequeñas cosas, de que lo importante no son las cosas tangibles que tenemos, sino las experiencias y emociones que generamos alrededor de ellas. ¡Eso es lo que hace especial cada momento!
Para una mente creativa, el mas simple de los objetos, aquello que otros no le dan mayor importancia que la de ser un simple contenedor (una caja), se puede convertir en el mejor de los amigos de juegos, una nave espacial, un coche de carreras, y en cien mil cosas más.
Soñar nos permite dar un paso más, plantearnos retos nuevos, posicionarnos en situaciones no habituales, vivir experiencias nuevas, y como no, aprender de ello. La creación de nuevas experiencias partiendo de la creatividad como herramienta, y el juego como base, permite tanto al niño ¡como al adulto! sobrepasar los límites de nuestra zona de confort y descubrir, sin miedo alguno, que hay más allá.
Los niños tienen esa capacidad de inventar, de descubrir, de ir más allá partiendo de algo común, simple para el resto. Porque son creativos por naturaleza, su imaginación es ilimitada, y es nuestra responsabilidad que nunca pierdan esa creatividad y esas ganas de intentarlo todo una y otra vez, innovando a cada paso.
Porque las grandes aventuras las crean nuestra imaginación y creatividad, y cualquier objeto, situación o localización son buenas para echar a volar nuestra imaginación y permitir que la creatividad corretee libremente.